| Andrea Verdín
¿Cuántas de ustedes recuerdan la primera vez que se maquillaron? Sintiendo esa incertidumbre por no saber si lo hacían bien, si eso iba a captar la mirada del chico que te gustaba en ese entonces o si iba a ocasionar burlas.
Si eres una mujer millennials, es decir si naciste entre 1981 y 1993, sabrás que en tu época de adolescente entre el año 2000 y 2003 aplicarse brillo en los labios y máscara era una hazaña.
Pero el avance de la tecnología, permitió el acceso a la información y trajo consigo nuevas formas de vida y de expresión entre las mujeres. Actualmente es normal ver a las niñas de 12 años con maquillajes cargados que inclusive las hacen parecer de más edad.
El maquillaje dejó de ser algo secundario en el día a día de las mujeres para convertirse en un hábito diario, como lo es bañarse o lavarse los dientes.
Si te preguntara ¿Por qué te maquillas? Tal vez responderías para lucir más bonita y cubrir algunas imperfecciones de mi rostro; si bien, llevar un labial, máscara, polvo y rubor acorde a la hora u ocasión puede favorecerte, no es necesario esconder tu rostro detrás de capas de pintura para demostrar tu belleza o capacidad como mujer.
Cuando realizas una acción por moda o pertenencia, deja de tener un significado propio; y no es que maquillarse sea algo negativo, sólo es bueno saber cuándo se necesita, y cuando se hace por encajar en un círculo social donde temes que te llamen “fodonga” por no estar maquillada.
Eres libre de decidir si ir o no maquillada al trabajo, a la universidad o a una reunión de amigas, no es una regla, llevar el rostro limpio es suficiente cuando se tiene una buena actitud.
Siempre elige acorde a tus gustos y necesidades y no por decisión de alguien más, sé una mujer segura y triunfarás con lo que llevas dentro, porque lo mejor de ti lo reflejarás en tu exterior.